miércoles, 7 de mayo de 2008

Un obrero disparó sin piedad alguna y sin temblarle la mano a su vecino. dejandolo sin vida. Así mismo sin pensarlo dos veces, sin importarle los años de felicidad y toda una vida de entrega, le disparó sin ningún remordimiento a esa persona quien lo acompañaba a diario, a quien le entregó su ser y toda una vida. Dejándola en gravisimo estado.
Juna Pérez, es un hombre de 38 años, quien trabaja de noche en una fábrica de cemento para llevar un plato de comida a casa y brindar las comodidades y necesidades que su familia requiere.
Un día como de costumbre al salir del trabajo se dirigió a su casa. Eran aproximadamente las 5 de la mañana.
Al llegar se dió con la sorpresa que su esposa no se encontraba en casa. Ana Saldías de 29 años.
Desesperado y con la cabeza caliente se dirigió al domicilio de Rogelio Fernández, su vecino de 35 años. Para la pena de ellos, y la tristeza de él los encontró juntos.
En ese momento Pérez sintió que se le hiba la vida, pero quein terminó sin vida fue Fernández.
Empezaron los intercambios de palabras, los insultos, y las amenazas. Lo que llevo a Pérez acabar con la vida de Fernández. A su vez con otro dejó a su esposa gravemente herida.
Los amigos y vecinos, eran concientes de lo estaba sucediendo porque sabian que Fernández y la esposa de Pérez tenían una relación aproximadamente de 2 meses. Relación clandestina que no solo partió el corazon a Pérez, sino que dejó gravemente a su esposa y sin vida a su amante de ella.
Fernández deja viuda acargo de dos hijos de seis y cuatro años.Pérez es también casado y tiene una pequeña hija de cinco años.
Finalmente, la policía buscó a Pérez y fue capturado apocos minutos depués en su domicilio.
Él se encontraba perturbado, víctima de una crisis nerviosa, y sin poder pronunciar ni una sola palabra acerca de lo sucedido.
El arma con la que cometió el horrrendo crimen fue con un revolver Colt de 38 milímetros.

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